Argumentos del día
La “cúspide de la pirámide”, kilómetro cero de la corrupción
Griñán, Cháves y Zarrías conforman la “cúspide de la pirámide” de corrupción de las trama de los ERE falsos y son los máximos responsables políticos del expolio de más de 1.217 millones de euros de dinero público destinado a los parados andaluces.
Los socialistas dan la espalda a las evidencias al ubicar el “kilómetro cero” de la corrupción institucional en la Dirección General de Empleo, quedarse en la teoría de los “cuatro golfos” e ignorar, como Griñán, que son muchos más y que todo lo que se conoce apunta a su persona.
Griñán es doblemente responsable, como presidente y como ex consejero de Economía y Hacienda, porque hasta en quince ocasiones fue avisado de las irregularidades por la Intervención General de la Junta y en otras tantas hizo caso omiso a las advertencias.
El ex interventor general de la Junta, Manuel Gómez, ha puesto de manifiesto la responsabilidad directa de Griñán al afirmar que “hubiera bastado una orden verbal de los órganos superiores para que todo el tinglado de corrupción se hubiera desmantelado en 24 horas”: demoledor.
Ha quedado probado que la Presidencia de la Junta conoció y amparó por connivencia política la concesión de ayudas públicas otorgadas sin ley y de forma arbitraria y fraudulenta entre 2001 y 2010.
El PP de Andalucía no aceptará, por ello, dictamen alguno de la comisión de investigación que no los incluya junto a trece altos cargos más, en activo o cesantes, de los gobiernos socialistas responsables de los ERE, entre consejeros, viceconsejeros y directores generales.
La Consejería de Empleo, que concedía las ayudas, y su ente instrumental IDEA (antiguo IFA) que las pagaba, tuvieron una participación activa en la concesión y gestión de las ayudas públicas, otorgadas de espaldas a la ley: el PP andaluz exige la dimisión de todos los responsables del expolio.
El fraude, según una auditoría de la Cámara de Cuentas de Andalucía, asciende a 1.217 millones de euros y está siendo objeto de otra investigación judicial paralela que acumula ya 70 imputados: hay indicios de nuevos delitos de cohecho, asociación ilícita y blanqueo de capitales.
La trama institucionalizada de corrupción se gestó, ideó e impulsó desde San Telmo para beneficiar a amigos, empresas e instituciones afines al PSOE con el dinero público de todos los andaluces, sin controles y sin decencia.
El socio radical y antisistema ha aparcado definitivamente su discurso regenerador de la vida pública andaluza para consolidar su pacto de perdedores: su complicidad les hace tan responsables del fraude como los socialistas.
Un problema de impronta… y de ideas
Griñán ha reaparecido como líder nacional para pontificar que el problema que tiene su partido no es de ideas, sino “de la impronta o la personalidad que tenga una u otra persona”: el problema del PSOE es simultáneamente de personas y de ideas, fundamentalmente.
Los socialistas de hoy son los responsables directos, con Zapatero a la cabeza, de haber colocado a España y Andalucía en una situación de emergencia económica y social por su irresponsabilidad en el gasto y sus mentiras sobre el déficit real de las cuentas públicas.
Es un sarcasmo que Rubalcaba y Griñán se pongan a dar lecciones sobre cómo salir de la crisis cuando son responsables directos y cómplices del disparate zapaterista: lo que hoy se disputan son los despojos de un partido en almoneda.
Los socialistas se han instalado en el fulanismo y en el “quítate tú para ponerme yo” porque no tienen una sola idea que ofrecer a los ciudadanos para afrontar con solvencia la salida de la crisis que ellos mismos propiciaron con su insolvencia.
Griñán es el último representante, por su pacto de perdedores con IU, de una forma de gobernar caduca e ideologizada cuyo único recurso es el de la confrontación con el Gobierno de España sin aportar, hasta ahora, ni una alternativa válida: el balance es cero.
A falta de ideas, Griñán no sale de la ocurrencia y va de disparate en disparate, del “federalismo cooperativo” al apoyo explícito al derecho a decidir de los socialistas catalanes: todas ellas fuera de la Constitución y de un elemental sentido del Estado.
Griñán, único responsable de los consejeros “huelguistas”
El bipartito no es un gobierno homologable, sino una coalición de intereses de dos partidos perdedores para mantenerse a toda costa en el poder: cada uno va por su lado sin que Griñán ponga orden en tan particular gallinero”.
No hay una idea ni un criterio que tenga una duración superior a las 24 horas y, lo mismo apoyan una huelga ilegal, que al día siguiente se rectifican a sí mismos o hay una facción de IU que persiste en sus posiciones antisistema, piqueteras, coactivas e ilegales.
Valderas y los consejeros de Turismo y Vivienda apoyan la huelga y dicen que la van a secundar pese a que Griñán dice que es ilegal: los andaluces no merecen este espectáculo de un gobierno claudicante, escindido y sin criterio.
Griñán tiene la obligación de poner orden en su gobierno y hacer que todos sus miembros cumplan con la ley: un Gobierno, un Parlamento o un Consejo Audiovisual no se pueden poner en huelga.
